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sábado, 27 de octubre de 2018

ÓBOLO DE SAN PEDRO

ÓBOLO DE SAN PEDRO.

El Óbolo de San Pedro es una ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre, como expresión de apoyo a la solicitud del Sucesor de Pedro por las múltiples necesidades de la Iglesia universal y las obras de caridad en favor de los más necesitados.
Una práctica muy antigua que llega hasta hoy
Con el cristianismo nace la práctica de ayudar materialmente a quienes tienen la misión de anunciar el Evangelio, para que puedan entregarse enteramente a su ministerio, atendiendo también a los menesterosos (cf. Hch 4,34; 11,29).
Los anglosajones, tras su conversión, a finales del siglo VIII, se sintieron tan unidos al Obispo de Roma que decidieron enviar de manera estable una contribución anual al Santo Padre. Así nació el “Denarius Sancti Petri” (Limosna a San Pedro), que pronto se difundió por los países europeos.
Ésta, como otras costumbres semejantes, ha pasado por muchas y diversas vicisitudes a lo largo de los siglos, hasta que fue regulada de manera orgánica por el Papa Pío IX en la Encíclica “Saepe Venerabilis” (5 de agosto de 1871).
Esta colecta se realiza actualmente en todo el mundo católico, en la “Jornada mundial de la caridad del Papa”, el 29 de junio o el domingo más próximo a la solemnidad de San Pedro y San Pablo.
Decía el amado Papa emérito Benedicto XVI que el Óbolo de San Pedro es la expresión más típica de la participación de todos los fieles en las iniciativas del Obispo de Roma en beneficio de la Iglesia universal. Es un gesto que no sólo tiene valor práctico, sino también una gran fuerza simbólica, como signo de comunión con el Papa y de solicitud por las necesidades de los hermanos; y por eso vuestro servicio posee un valor muy eclesial" (Discurso a los Socios del Círculo de San Pedro (25 de febrero de 2006).
El valor eclesial de este gesto resulta evidente si tenemos en cuenta que las iniciativas caritativas son connaturales a la Iglesia, como ha indicado el Papa en su primera Encíclica Deus caritas est (25 de diciembre de 2005):
"La Iglesia nunca puede sentirse dispensada del ejercicio de la caridad como actividad organizada de los creyentes y, por otro lado, nunca habrá situaciones en las que no haga falta la caridad de cada cristiano individualmente, porque el hombre, más allá de la justicia, tiene y tendrá siempre necesidad de amor" (n. 29).
Se trata siempre de una ayuda animada por el amor de Dios:
“Por tanto, es muy importante que la actividad caritativa de la Iglesia mantenga todo su esplendor y no se diluya en una organización asistencial genérica, convirtiéndose simplemente en una de sus variantes” […]. “El programa del cristiano – el programa del buen Samaritano, el programa de Jesús – es un « corazón que ve ». Este corazón ve dónde se necesita amor y actúa en consecuencia”. (ibíd., n. 31).
Los Pontífices anteriores habían prestado ya una particular atención al Óbolo como una forma de apoyo de los creyentes al ministerio de los sucesores de San Pedro al servicio de la Iglesia universal. Juan Pablo II, por ejemplo, lo había expresado así:
“ Conocéis las crecientes necesidades del apostolado, las exigencias de las comunidades eclesiales, especialmente en tierras de misión, y las peticiones de ayuda que llegan de poblaciones, personas y familias que se encuentran en condiciones precarias. Muchos esperan de la Sede Apostólica un apoyo que, a menudo, no logran encontrar en otra parte.
Desde esta perspectiva, el Óbolo constituye una verdadera participación en la acción evangelizadora, especialmente si se consideran el sentido y la importancia de compartir concretamente la solicitud de la Iglesia universal” (Juan Pablo II al Círculo de San Pedro, 28 de febrero de 2003).
Los donativos de los fieles al Santo Padre se emplean en obras misioneras, iniciativas humanitarias y de promoción social, así como también en sostener las actividades de la Santa Sede. El Papa, como Pastor de toda la Iglesia, se preocupa también de las necesidades materiales de diócesis pobres, institutos religiosos y fieles en dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de guerra y desastres naturales ; ayudas particulares a Obispos o Diócesis necesitadas, para la educación católica, a prófugos y emigrantes, etc.).
El criterio general que inspira la práctica del Óbolo se remonta a la Iglesia primitiva:
“La base primaria para el sostenimiento de la Sede Apostólica está representada por los donativos que espontáneamente hacen los católicos de todo el mundo, y eventualmente también otros hombres de buena voluntad. Esto corresponde a la tradición que tiene origen en el Evangelio (cf. Lc 10,7) y en las enseñanzas de los Apóstoles (cf. 1 Co 9, 11)” (Carta de Juan Pablo II al Cardenal Secretario de Estado, 20 de noviembre de 1982).
El Papa Francisco ha mencionado que ;
“mientras que nos esforzamos por recorrer el camino de las obras de misericordia, estamos llamados a renovarnos en la fe. Para llevar la visita del Señor a cuantos sufren en el cuerpo y en el espíritu, debemos cultivar la fe, aquella fe que nace de la escucha de la Palabra de Dios y busca una profunda comunión con Jesús”.
“Les animo a continuar en su testimonio del Evangelio de la caridad, y a ser siempre más signo e instrumento de la ternura de Dios hacia cada persona, especialmente las más frágiles y descartadas”.
“Les agradezco también por el óbolo de San Pedro, que recogen en todas las iglesias y que es signo de su participación a la solicitud del Obispo de Roma para las pobrezas de esta ciudad. Que su benemérita actividad caritativa sea sostenida por la oración, para alcanzar del Corazón de Cristo el amor para dar a los hermanos”.
“Confío a ustedes, a sus familiares y su compromiso apostólico a la protección de la Virgen Santa, la Salus Populi Romani, y a la intercesión de los santos Pedro y Pablo. Les pido sostener mi ministerio sobre todo con la oración y los bendigo de corazón”.
En cualquier momento puede enviar su óbolo a:
Su Santidad Papa Francisco - 00120 Ciudad del Vaticano
Cuenta Corriente Bancaria:
FinecoBank S.p.A.
IT 52 S 03015 03200 000003501166
BIC/SWIFT: UNCRITMM
BIC beneficiario: FEBIITM1
Beneficiario: Obolo di San Pietro (Óbolo de San Pedro)
(Indicar el proprio nombre, apellidos y dirección completa)
Les informamos que se suspende temporalmente el servicio de donaciones con tarjeta de crédito.
Pueden seguir haciendo donaciones mediante un cheque a nombre de Óbolo de San Pedro y enviarlo a la dirección:
Ufficio Obolo di San Pietro 00120 Città del Vaticano
http://www.vatican.va/…/obolo_spietro/documents/index_sp.htm

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