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miércoles, 22 de junio de 2022

¿ADÁN Y EVA SON UN MITO?

¿ADÁN Y EVA EXISTIERON O SON UN MITO?
Una duda frecuente sobre el origen del hombre se refiere a la existencia de Adán y Eva como personas reales o como figuras literarias que explican el origen de la humanidad. Esto cuando viene de parte de ateos o incrédulos no extraña, pero preocupa que muchos católicos incluidos, sacerdotes y algún obispo desconozcan la enseñanza clara de la Iglesia al respecto. La pregunta sería ¿Adán y Eva realmente existieron? La respuesta rápida y contundente debe ser “SI”, el Magisterio infalible de la Iglesia, Santos y Papas lo han enseñado por siglos, de hecho es una cuestión dogmática decisiva para entender temas como la justificación y la redención de Cristo para el género humano, pero vayamos por partes. Muchos teólogos modernos y exegetas ignorando las enseñanzas previas y el magisterio de la Iglesia afirman que los primeros 11 capítulos del Génesis, el libro donde viene la creación, son en sentido metafórico, afirman que es mitología, un género literario y por ello dicen se puede poner en duda lo que ahí relata, esto es que Adán y Eva sean reales sino más bien figuras simbólicas o que hubo muchos “Adanes” y “Evas”, lo que no concuerda con la enseñanza cristiana. El autor del Génesis no escribió una historia cronológica al estilo moderno, la doctrina histórica del Génesis, no está sujeta a satisfacer curiosidades científicas, ni a una narración estrictamente cronológica. Su misión fue y es comunicar verdades de fe, por eso la Iglesia no interpreta la narración del Génesis en sentido literal, sino que, basándose en el conjunto de la Revelación y en la autoridad dada por Dios al Magisterio, extrae las verdades que Dios nos ha querido dar a conocer a través de la narración del autor sagrado. Así la Iglesia Católica ha enseñado el “Monogenismo” esto es la descendencia de todo el género humano a partir de una primera pareja que fue Adán y Eva , por consecuencia la transmisión del pecado original por propagación del género humano, es decir, mediante la misma naturaleza humana que los padres trasmiten a los hijos y que ha quedado afectada por el pecado del primer hombre. En una ocasión mis hijas me preguntaban ¿Qué culpa tienen los hombres del pecado de Adán y Eva? Responder esto requiere un poco de paciencia y conocer lo que enseña la Iglesia, no pretendo aquí explicar la teología escolástica del pecado original “originante” (el pecado personal de Adán) y el “originado” (el estado de pecado que los demás seres humanos heredan de Adán lo que Sto. Tomás de Aquino enseña), solo debemos entender que si todo el género humano desciende de una sola pareja, y esta pareja trasmite a sus descendientes la naturaleza humana afectada por el pecado original, entonces este pecado original originado se encontrará en todos los hombres absolutamente , con la excepción de Nuestro Señor Jesucristo, que es Dios hecho hombre, y de María Santísima, por el privilegio de la Inmaculada Concepción. Lo que no acepta la Iglesia es el “Poligenismo” esto es que se tengan múltiples ancestros del hombre, que la vida humana en el proceso de la evolución se formó más o menos simultáneamente de varias parejas (poligenismo, o también polifiletismo) La Iglesia católica nunca ha condenado el evolucionismo, de hecho esta teoría científica no contradice la doctrina cristiana. El Magisterio de la Iglesia, sin comprometerse en cuestiones científicas opinables, subraya que la evolución es compatible con la creación y la providencia, y que, por tanto, no responde a un simple juego de fuerzas ciegas. (Juan Pablo II, Audiencia general, El hombre, imagen de Dios, es un ser espiritual y corporal, 16-IV-1986: Insegnamenti, IX, 1 (1986) 1041: «Por tanto, se puede decir que, desde el punto de vista de la doctrina de la fe, no se ven dificultades para explicar el origen del hombre, en cuanto cuerpo, mediante la hipótesis del evolucionismo. Pero vayamos al punto importante, la existencia de Adán y Eva son hechos reales. Ello no implica que la narración del Génesis deba entenderse de forma literal y no implica que no sea histórica. Ya el Papa Pelagio I (556-561) enseñaba lo siguiente: "Todos los hombres, en efecto, desde Adán hasta la consumación del tiempo, nacidos y muertos con el mismo Adán y su mujer, que no nacieron de otros padres, sino que el uno fue creado de la tierra y la otra de la costilla del varón (Gen. 2, 7y22)" (Dez 228a). Si la humanidad desciende de una sola pareja creada por Dios, tiene importancia señalar que: el Génesis, no de manera literal, pero sí histórica, se refiere a dos personas reales, no figuras inexistentes o metafóricas. El Génesis no trata de dar una respuesta científica al origen de la raza humana, pero sí nos revela que el origen de la raza humana es con dos personas, Adán y Eva, y que toda la humanidad desciende de esta pareja. Hay dos verdades que deben ser tenidas en cuenta: Adán y Eva fueron las primeras criaturas humanas y hubo más hijos además de Caín y Abel. Acudimos al texto en Gen 6, 1-3 y podemos entender que el mandato de Dios de la multiplicación se lleva a cabo entre los mismos familiares, aunque de distintos linajes: Set y Caín, dice la Escritura “Adán vivió 800 años y engendró hijos e hijas” (Gen 5,4-5) Si atendemos a la unidad de toda la Sagrada Escritura, podemos ver, por poner un ejemplo, como S. Pablo relaciona el pecado humano de un hombre con Adán e incluso hace un paralelismo entre Adán y Jesucristo, incomprensible si no creyera que Adán fue una persona real CATECISMO #402 Todos los hombres están implicados en el pecado de Adán. San Pablo lo afirma: "Por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores" (Rm 5,19): "Como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron..." (Rm 5,12). A la universalidad del pecado y de la muerte, el apóstol opone la universalidad de la salvación en Cristo: "Como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo (la de Cristo) procura a todos una justificación que da la vida" (Rm 5,18).) CATECISMO #390: "El relato de la caída (Gn 3) utiliza un lenguaje hecho de imágenes, pero afirma un acontecimiento primordial, un hecho que tuvo lugar al comienzo de la historia del hombre (cf. GS 13,1). La Revelación nos da la certeza de fe de que toda la historia humana está marcada por el pecado original libremente cometido por nuestros primeros padres (cf. Concilio de Trento: DS 1513; Pío XII, enc. Humani generis: ibíd, 3897; Pablo VI, discurso 11 de julio de 1966)." El pecado original no se puede entender sin Adán y Eva. Que exista en el Génesis la narración descrita en un lenguaje simbólico no implica que Adán y Eva no existieran. La realidad histórica de Adán y Eva se encuentra inevitablemente unida a la del pecado original, negar a nuestros primeros padres lleva un problema de incoherencia lógica entre las consecuencias provocadas por el pecado cometido y la Redención realizada por Jesucristo con su muerte en la cruz. El CATECISMO #404: "¿Cómo el pecado de Adán vino a ser el pecado de todos sus descendientes? Todo el género humano es en Adán sicut unum corpus unius hominis ("Como el cuerpo único de un único hombre") (Santo Tomás de Aquino, Quaestiones disputatae de malo, 4,1). Por esta "unidad del género humano", todos los hombres están implicados en el pecado de Adán, como todos están implicados en la justicia de Cristo. Sin embargo, la transmisión del pecado original es un misterio que no podemos comprender plenamente. Pero sabemos por la Revelación que Adán había recibido la santidad y la justicia originales no para él solo sino para toda la naturaleza humana: cediendo al tentador, Adán y Eva cometen un pecado personal, pero este pecado afecta a la naturaleza humana, que transmitirán en un estado caído (cf. Concilio de Trento: DS 1511-1512). Es un pecado que será transmitido por propagación a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales. Por eso, el pecado original es llamado "pecado" de manera análoga: es un pecado "contraído", "no cometido", un estado y no un acto." Leemos en el CATECISMO #375: "La Iglesia, interpretando de manera auténtica el simbolismo del lenguaje bíblico a la luz del Nuevo Testamento y de la Tradición, enseña que nuestros primeros padres Adán y Eva fueron constituidos en un estado "de santidad y de justicia original" (Concilio de Trento: DS 1511). Esta gracia de la santidad original era una "participación de la vida divina" (LG 2)". · Debemos aceptar por Fe que Dios haya creado una sola pareja humana, un primer hombre y una primera mujer. En caso contrario, se pondría seriamente en tela de juicio la verdad del pecado original tal como ha sido definido por la Iglesia, particularmente por el Concilio de Trento, y esto no puede, en ningún caso, ser admitido. Si Adán y Eva son un mito, ¿cómo entender el pecado original? Si no hubo pecado original no era necesaria la Redención de Jesucristo. Si, por otra parte, se mantiene que Adán y Eva no fueron personas reales pero sí hubo un primer pecado, un «pecado de origen», pero dándole el sentido de «pecado colectivo», de rebelión generalizada contra Dios de la humanidad entera –personificada por Adán en el Génesis– que estaba diseminada por toda la tierra, según unos, o que formaba una especie de pueblo, según otros, mantendríamos opiniones claramente contrarias a la fe por rechazar la historicidad de los primeros capítulos del Génesis en puntos «que tocan a los fundamentos de la religión cristiana», como el poligenismo. Existen tres documentos principales) dos de la Pontificia Comisión bíblica (30 de junio de 1909 y 16 de enero de 1948) y la Encíclica “Humani Generis”, de Pío XII, del año 1950) que nos enseñan lo siguiente: 1º) Comisión Bíblica (30 de junio de 1909) (cf. Denzinger-Hünermann, 3512-3519). Establece sintéticamente: a) No tienen sólido fundamento los sistemas que con apariencia de ciencia excluyen el sentido literal de los tres primeros capítulos del Génesis. b) NO PUEDE ENSEÑARSE lo siguiente: -que no contienen narraciones de cosas realmente sucedidas respondiendo a la realidad objetiva e historia, sino fábulas tomadas de mitologías y cosmogonías antiguas acomodadas por el autor sagrado a la doctrina monoteísta; -que se trata de alegorías y símbolos, destituidos de todo fundamento real, ordenados a inculcar verdades religiosas y filosóficas; -que se trata de leyendas, en parte históricas y en parte ficticias, libremente compuestas para instrucción o edificación de las almas. c) No puede ponerse especialmente en duda el SENTIDO LITERAL HISTÓRICO donde se trata de hechos narrados tocantes a los fundamentos de la religión cristiana, a saber: -creación de todas las cosas por parte de Dios -peculiar creación del hombre -formación de la primera mujer del primer hombre -unidad del linaje humano -felicidad original de los primeros padres en el estado de justicia, integridad e inmortalidad -el mandamiento impuesto por Dios para probar la obediencia -la transgresión, por persuasión del diablo -pérdida del estado primitivo de inocencia -promesa del Reparador futuro. d) Es lícito a cada uno seguir la sentencia que prudentemente aprobare allí donde han entendido diversamente los Padres y Doctores, salvo el juicio de la Iglesia y la analogía de la fe. e) No es necesario que todas y cada una de las palabras y frases han de ser tomadas siempre en sentido propio, especialmente cuando las locuciones sean metafóricas o antropomórficas. f) Salvado el sentido literal e histórico, puede emplearse la interpretación alegórica y profética de algunos pasajes, siguiendo a los Santos Padres. g) No ha de buscarse en la interpretación de estas cosas exactamente y siempre el rigor de la lengua científica. h) Es lícito discutir libremente entre los exégetas el significado del término día (Yôm). 2º) Comisión Bíblica (16 de enero de 1948) (cf. Denzinger-Hünermann, 3862) Reivindica el valor del documento de 1906 hasta el punto tal de no reconocer ninguna necesidad de promulgar otros decretos sobre el argumento. Enseña que el GÉNERO HISTÓRICO usado por los autores sagrados no concuerda exactamente con nuestro concepto de historia moderna; pero al mismo tiempo sostiene que esto no quiere decir que esos relatos no contengan HISTORIA VERDADERA. Esto será aclarado en 1950 en la Humani Generis. 3º) Encíclica Humani Generis (12 de agosto de 1950) (cf. Denzinger-Hünermann, 3898-3899), Especialmente sostiene el monogenismo y da la correcta interpretación de la carta de la Comisión Bíblica de 1948 al Card. Suhard afirmando que los once primeros capítulos del Gn, aunque propiamente no concuerdan con el método histórico usado por los eximios historiadores greco-latinos y modernos, no obstante pertenecen al género histórico en un sentido verdadero, que los exegetas han de investigar y precisar’ (Humani generis, 31). Desgraciadamente las influencias de muchos teólogos como Karl Rhaner y Teilhard de Chardin han influido para que no se enseñe en todas partes la doctrina de la Iglesia y si ideas modernistas condenadas por la “Pascendi” y la misma “Humani generis” que cumple por cierto 69 años el pasado 12 de agosto, se debe retomar una enseñanza católica en los Seminarios, Universidades y escuelas y en la familia sobre lo que realmente enseña la Iglesia y no lo que raya en la herejía y el relativismo. ¿Dónde están los pastores que nos confirmen en las verdades de fe reveladas por Dios? Es fundamental acercarse al Magisterio de la Iglesia porque, en definitiva, debe ser el Magisterio de la Iglesia el que guíe nuestro aprendizaje de la Palabra de Dios. Manuel Cuevas Miles Christi Bibliografía: 1.- Sagrada Escritura Gn 3;5;6 2.- Catecismo Adán y Eva: http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s2c1p6_sp.html 3.- Néstor Martínez, http://www.infocatolica.com/blog/praeclara.php/1904181211-el-pecado-original-y-su-trans#more37743 4.- Rubén HERCE,Facultad Eclesiástica de Filosofía. Universidad de Navarra,Pamplona. España,rherce@unav.es ; https://www.unav.edu/documents/6709261/7026503/monogenismoypoligenismo.pdf 5.- http://w2.vatican.va/content/pius-x/es/encyclicals/documents/hf_p-x_enc_19070908_pascendi-dominici-gregis.html 6.- http://w2.vatican.va/content/pius-xii/es/encyclicals/documents/hf_p-xii_enc_12081950_humani-generis.html 7.- Catecismo pecado original; http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s2c1p7_sp.html 8.- http://www.quenotelacuenten.org/apologetica/website/index8240.html 9.- Pintura " Adán y Eva" de Lucas Cranach,Museo Soumaya ,Cd de México.

lunes, 20 de junio de 2022

DEUS LO VULT

Prof. Alexis Hellmer Sobre el grito de guerra de los Cruzados ,Deus vul o Deus lo vult( " Dios lo quiere") nos comenta el Profesor Alexis Hellmer, experto latinista" Depende de lo que entendamos por “correcto”. Correctas son ambas formas y otras del mismo lema, pero desde diferentes puntos de vista. «Deus le volt» o «Deus lo vult», formas incorrectas en latín clásico y producto de la contaminación con lenguas romances, pueden considerarse, no obstante, correctas desde el punto de vista de lo que —se asume— gritaron realmente los cristianos durante la Primera Cruzada. En cambio, «Deus vult», «Deus id vult», «Deus hoc vult» son frases correctas desde el punto de vista de la gramática del latín clásico, pero es posible que sean históricamente incorrectas como grito de guerra en el siglo XI. Vayamos a las fuentes. Parece que la fuente más antigua en la que se registra el grito de guerra de los cristianos al emprender la Primera Cruzada (1096-1099) es el texto conocido como «Gesta Francorum» (c. 1100-1101) redactado por un autor anónimo que participó en la Cruzada. De este documento existen varios manuscritos. En la mayoría de ellos (los que Hagenmeyer designa con las letras A, B, C, D, E, H y R en su edición crítica de 1889) se lee «Deus vult». El manuscrito G, que es el que Hagenmeyer considera más confiable por contener las lecturas más difíciles, de acuerdo con el principio de la crítica textual «lectio difficilior potior/probabilior», presenta la lectura «Deus le volt». Esta es es la lectura que Hagenmeyer elige para su edición del texto, mientras que la variante más correcta desde el punto de vista del latín clásico la pone en el aparato crítico (ver imagen) ¿Por qué decidió presentar una lectura que a todas luces se aparta de la norma clásica? Porque es consciente de que ese grito de guerra fue pronunciado a finales del siglo XI, en una época en la que nadie hablaba latín clásico como lengua materna y este grito no lo profieren estudiosos de latín, expertos en gramática, sino un conjunto de personas anónimas que en su mayoría, podemos asumir, no tendrían educación formal y hablaban alguna forma de romance. Hagenmeyer considera que los restantes manuscritos presentan una versión corregida de esa frase que sí se ajusta a la norma del latín clásico porque se trata de copias en las que intervino la corrección de los copistas preocupados por transmitir un texto depurado. Otra fuente, de las muchas que podrían citarse, es la «Historia de Hierosolymitano itinere» de Petrus Tudebodus, contemporánea de la «Gesta Francorum». En este otro texto se registra la forma «Deus hoc vult». Lo mismo sucede en la «Historia Hierosolymitana» de Fulcherius Carnotensis, mientras que en la «Gesta Dei per Francos» de Guibertus Sanctae Mariae de Novigento encontramos «Deus id vult». Ambas formas son válidas en latín clásico. El escudo de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén incluye la forma «Deus lo vult», que, como ya se dijo, es incorrecta en latín clásico, pero es, posiblemente, correcta como grito histórico del siglo XI.

jueves, 16 de junio de 2022

EL NIÑO DE LA ESCALERA

EL NIÑO DE LA ESCALERA Amanece en Jerusalén, escucho ya el canto de los gallos que anuncian la salida del sol, desde la ventana de mi cuarto puedo ver el templo y las casas que lo rodean, tengo que levantarme pues mi padre me ha encomendado mucho trabajo, hoy celebramos la pascua y esperamos que vendrá a celebrarla Jesús el Rabí, mi padre y mis tíos lo siguen desde que milagrosamente resucitó a mi prima Rebeca, hija de mi tío Jairo allá en Cafarnaúm, ella murió por una enfermedad, pero el Rabí le devolvió la vida. Hace unos días entró a Jerusalén por el pórtico dorado y cientos de personas coreaban su llegada con palmas en las manos y gritando con júbilo “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” yo estuve ahí y seguí al Rabí y a sus discípulos hasta el templo donde ante mi asombro y el de todos tiro las mesas de los cambistas, eso nos dio gusto pues hay mucho abuso y usura en el Templo del Señor. Mi padre me dijo “acércate al Rabí y dile que nuestra casa está a su disposición si no tiene donde hospedarse”, lo hice y el Rabí mirándome por primera vez a los ojos me dijo, “Te conozco pequeño algún día tú me seguirás, pero hoy me quedo en Betania, sin embargo agradécele a tu padre y tendrá noticias mías”. Regresé a la calle de los vendedores de aceite donde tenemos un negocio, mi padre compra y vende aceite de olivo principalmente, ahí conté lo que me dijo Jesús y mi padre me dio la tarea que siguiera al Rabí todo el tiempo que estuviera en Jerusalén por si se le ofrecía algo nosotros pudiéramos ayudar. Así, el día de inicio de la Pascua , el "Pesaj" que marca el inicio de la cosecha en primavera y conmemora la salida de Egipto y la liberación de la esclavitud de nuestro pueblo, yo acompañaba a un criado de la casa que llevaba un cántaro de agua y se acercaron a mi unos discípulos de Jesús diciendo, “Hola pequeño, él es Pedro, yo me llamo Juan, tenemos un recado del Rabí para tu padre” yo le escuché atentamente y él continuó diciendo “El Rabí Jesús dice que su tiempo está cerca, que acepta tu generosa oferta para celebrar la Pascua en tu casa y te pide que tengas preparado un lugar para que él junto con sus discípulos podamos celebrar dignamente el “Pesaj”, ¿Nos harás el honor de dejarnos hacerlo en tu casa?” yo le dije que sí, que mi padre aceptaba de antemano, pues ya me había indicado estar preparado por si el Maestro necesitara nuestra casa, le pregunté a Juan cuantas personas irían y me dijo que eran 13 en total. Corrí a decirle a mi padre quien puso a todos en la casa a limpiar y arreglar, mandó traer un borrego para la cena y algunos discípulos del Rabí se encargaron de llevarlo al templo a sacrificar, como prescribe la ley de Moisés, luego regresaron a prepararlo, lo pusieron al fuego para asarlo y tenerlo a punto por la tarde. Mi madre y mis hermanas se pusieron a preparar unos panes ázimos que son los que comemos en este día y a conseguir hierbas amargas, mi hermano mayor fue a sacar el mejor vino que teníamos en los odres que guardaba en la bodega de la casa. A mí me puso a barrer y limpiar un cuarto muy grande que está en la parte superior de la casa, tiene mucho espacio y en las noches de calor nos reunimos para comer, platicar y contemplar las estrellas en el cielo de Jerusalén en las noches de estío. Para llegar ahí tenemos que subir una escalera, son tres pisos de la escalera que es fuerte y sólida, hecha con cedro y maderas del Líbano y con unas grandes columnas de roble que le dan sostén al andamiaje de la escalera y desemboca en el piso donde será la cena, así que todo el día fue barrer, limpiar, llevar cojines y añadir unos tablones para la mesa, pues serían varios los que estarían ahí, subí también cantaros de barro con agua para las abluciones, velas, y lámparas de aceite para tener iluminada la estancia cuando anocheciera. Finalmente al ocaso del sol vinieron el Rabí con sus discípulos y mi padre dándoles el beso de bienvenida los condujo a la estancia donde pudieran celebrar la Pascua, algunos de los seguidores de Jesús ayudaron a llevar las cosas para la cena, yo subí con telas, manteles y de paso probar un pan ázimo que a mi mamá le queda muy sabroso. Ya que se fueron instalando el Rabí me dijo, “acércate muchacho, por favor necesito que me ayudes, trae ese cántaro con agua y unas telas junto con una jofaina”, yo presto lo hice y pidió a sus discípulos que se sentaran, y uno a uno les fue lavando los pies, todos ellos sorprendidos de que su Rabí hiciera eso, incluso Pedro se negó inicialmente, pero le dijo Jesús, “Si no lo hago no tendrás parte conmigo” y el casi le pide que lo bañe todo, yo lo seguía con las telas y la jofaina sorprendido , ¿Por qué el Maestro se humillaba así con sus discípulos? No lo entiendo. Finalmente todos se sentaron en torno al Maestro, yo me fui a un escalón junto a una columna de roble, al final de la escalera, desde donde veía a todos, pero de quien no podía apartar mi mirada era de Jesús, alto, musculoso, con unas manos fuertes y una sonrisa franca, su cabello tenía de repente tonalidades luminosas y sus ojos, eran los más profundos y bellos que había visto en mi vida, cuando estaba hablando con sus discípulos todos se quedaban silenciosos meditando lo que decía, yo también escuchaba y sentía mi alma estremecerse con su voz. En un momento Jesús tomó un pan, lo bendijo y al ir pronunciando las palabras “Tomad y comed todos de él, esto es mi cuerpo” sucedió lo más maravilloso que he visto y me marcó toda la vida, en ese momento pareció que todo el universo se encontraba ahí, que el tiempo se detenía y para mi asombro vi que se abrían los cielos, ya no había techo o paredes en mi casa, sino que solo estaba Jesús y sus discípulos y yo como ratón asustado no podía hacer nada más que observar, miríadas de ángeles y seres celestiales venían y se arrodillaban ante Jesús que de una forma que no puedo expresar era el mismo pan que tenía en sus manos, el pan mismo ya no era sino Jesús el Mesías y yo pasmado veía a todos contemplar arrobados este momento que es único en la historia, ahora lo sé y Jesús lo compartió a sus discípulos diciéndoles que hicieran lo mismo en su memoria. Yo aferraba la columna de la escalera en mis manos, pero sentía que los escalones desaparecían y me encontraba literalmente flotando, y Jesús tomó un cáliz con vino, dio nuevamente las gracias y dijo “Tomad y bebed porque esta es mi sangre de la nueva alianza que será derramada por vosotros” entonces como un gran torbellino la noche y el día pasaron miles de veces, vi montes y océanos, nubes y lluvia, ríos y desiertos y una inmensa cantidad de personas que se arrodillaban para adorar a Dios, para adorar a Jesús que estaba ahí también en esa sangre contenida en el cáliz, que sentía uno que era de una profundidad insondable lleno de amor y misericordia, no puedo describir todo lo que vi, sentí y no sé si puedo aun hoy comprender. Al terminar todo pareció volver a la normalidad, las lámparas iluminaban los rostros y yo envuelto en la sombra que me daba mi escondite en la escalera sentí que Jesús me observaba y con una mirada dulce me regaló una sonrisa. Esa noche dijo muchas cosas, todas ellas las llevo marcadas como fuego en el corazón, pero todo gira en torno al amor a Dios y al prójimo, que el sello de los que iban a seguirlo sería precisamente el amor a Él y a todo el mundo, todavía estuvieron un rato y después que pasó un tiempo el Rabí se levantó y dijo que tenía que ir a orar, se acercó a la escalera y me dijo, “¿Pequeño donde puede uno estar tranquilo sin que nadie nos interrumpa?” Yo le dije que mi padre tenía un huerto en Getsemaní en el Monte de los Olivos, le indiqué la dirección y me ofrecí a llevarlos, pero me dijo , “Se dónde me dices, no te preocupes, solo iré con Pedro, Santiago y Juan, los demás se quedarán a ayudarles a recoger todo y luego nos alcanzarán” me vio con esos ojos profundos, en ese momento tenía preocupación en su mirada, le dije “¿Señor hay algo más en lo que pueda servirte?” Él sonriendo nuevamente me respondió “Si pequeño, debes ser fuerte y valiente por los días que vienen, vivirán cosas difíciles, pero si tu mantienes tu fe en mí saldrás avante de todo” yo le dije que quería ser su discípulo y el respondió “Ya lo eres muchacho, todo lo que has visto esta noche recuérdalo y vívelo siempre ,algún día tú mismo tendrás que ser testigo y celebrar estos misterios y ahí en el pan y el vino podrás encontrarme” y bajando la escalera salió con sus apóstoles, yo me quede sentado en la escalera pensando todo lo que vi esa noche. Aún recuerdo todo hoy que soy mayor y sacerdote de Cristo cuando al celebrar los Sagrados Misterios y actuar en su persona consagrando el pan y el vino, mi corazón se regocija pues el Señor me regala nuevamente esa visión que tuve el día en que celebró la Pascua en nuestra casa y lo veo en las especies que son su cuerpo y su sangre, eso me llena de un inmenso amor y agradecimiento a Dios, que se fijó en mí que fui un simple testigo inesperado, que era solo un niño, el niño de la escalera. © Manuel Cuevas Ramírez ( Miles Christi) JUEVES DE CORPUS CHRISTI, 16 DE JUNIO DEL AÑO DEL SEÑOR 2022