LAS PROCESIONES SON MALAS?
PARTE I
PARTE I
Como es costumbre de las sectas protestantes , todo lo que implique algo contrario a sus ideas especialmente de la fe Cristiana católica, es necesario que la ataquen y descalifiquen,así en este tiempo de Cuaresma es muy común que arremeten contra todo lo que ellos ignoran y desconocen las bases y el por qué se hacen dentro de nuestra fe.
Las procesiones son una de las cosas que descalifican y aducen muchas cosas,pero principalmente que son actos de “idolatría” y contrarios a la Biblia,frecuentemente citan Baruc 6, aunque ese libro ellos lo desconocen como inspirado,pues es de los llamados Deuterocanónicos que tiene la Biblia,curioso verdad? Cuando les conviene niegan los Deuterocanónicos,pero cuando no si los usan, una doble moral muy repetida en los protestantes.
La procesión es un rito religioso de significado universal.Su simbolismo , el gesto de caminar juntos,responde a una necesidad primaria de esa agregación con la que el grupo adquiere consistencia. Es un signo válido para significar la historia de la comunidad humana.La procesión añade a la celebración un elemento de notable incidencia psicológica: el orar subrayado por el movimiento.
La oración resulta ayudada por una expresión más ferviente, la comunidad es potenciada en su unidad. Su imagen es una larga fila que con paso uniforme,procede lentamente,orando y cantando; o la de un cortejo con aparato ceremonial , a menudo con vestidos uniformes, en homenaje a un personaje o a un signo sagrado.
Se camina no solo para llegar, sino también para vivir el camino:la procesión añade a la ritualización de los sentimientos de penitencia, de súplica y de acción de gracias , un simbolismo que hace ver a los hombres insertos en la vida que se desarrolla fuera del ambiente sagrado, en los lugares donde viven y trabajan.
Mezclados en el camino y unidos en el canto, los creyentes se descubren hermanados, más implicados en los mismos problemas.
La procesión no es solo un caminar juntos de cualquier modo:antes de partir se reúne la asamblea estructurada;parte de un lugar determinado, camina con un reglamento preciso y se dirige a una meta bien definida. Estos elementos enriquecen la celebración con valores psicológicos y sociológicos de fuerte eficacia emocional(que frecuentemente se añaden a los del carácter excepcional)
A pesar de la vida sedentaria ; es más , precisamente cuando es tal, la procesión tiene el fin de recordar a los hombres que son peregrinos, el fin de despertar en ellos la parte nómada de su alma,para que recuerden que su estancia aquí abajo no es estable, sino transitoria (cf Heb 13,14; 1 Cor 5,6)
Las procesiones son una de las cosas que descalifican y aducen muchas cosas,pero principalmente que son actos de “idolatría” y contrarios a la Biblia,frecuentemente citan Baruc 6, aunque ese libro ellos lo desconocen como inspirado,pues es de los llamados Deuterocanónicos que tiene la Biblia,curioso verdad? Cuando les conviene niegan los Deuterocanónicos,pero cuando no si los usan, una doble moral muy repetida en los protestantes.
La procesión es un rito religioso de significado universal.Su simbolismo , el gesto de caminar juntos,responde a una necesidad primaria de esa agregación con la que el grupo adquiere consistencia. Es un signo válido para significar la historia de la comunidad humana.La procesión añade a la celebración un elemento de notable incidencia psicológica: el orar subrayado por el movimiento.
La oración resulta ayudada por una expresión más ferviente, la comunidad es potenciada en su unidad. Su imagen es una larga fila que con paso uniforme,procede lentamente,orando y cantando; o la de un cortejo con aparato ceremonial , a menudo con vestidos uniformes, en homenaje a un personaje o a un signo sagrado.
Se camina no solo para llegar, sino también para vivir el camino:la procesión añade a la ritualización de los sentimientos de penitencia, de súplica y de acción de gracias , un simbolismo que hace ver a los hombres insertos en la vida que se desarrolla fuera del ambiente sagrado, en los lugares donde viven y trabajan.
Mezclados en el camino y unidos en el canto, los creyentes se descubren hermanados, más implicados en los mismos problemas.
La procesión no es solo un caminar juntos de cualquier modo:antes de partir se reúne la asamblea estructurada;parte de un lugar determinado, camina con un reglamento preciso y se dirige a una meta bien definida. Estos elementos enriquecen la celebración con valores psicológicos y sociológicos de fuerte eficacia emocional(que frecuentemente se añaden a los del carácter excepcional)
A pesar de la vida sedentaria ; es más , precisamente cuando es tal, la procesión tiene el fin de recordar a los hombres que son peregrinos, el fin de despertar en ellos la parte nómada de su alma,para que recuerden que su estancia aquí abajo no es estable, sino transitoria (cf Heb 13,14; 1 Cor 5,6)
Procesión y Peregrinación son dos signos contiguos,hasta el punto interferirse entre sí, con análogo simbolismo. Peregrinación es un concepto más amplio mientras que “Procesión” es más circunscrito y determinado. La procesión puede ser la parte ritualizada de la peregrinación :los momentos más importantes de la peregrinación, como el principio y el fin,pueden convertirse en procesión.
La peregrinación puede ser también individual; la procesión lo es siempre en una comunidad.
Por ser un símbolo abierto, al que se le concede gran libertad de adaptación y creatividad la procesión es uno de los símbolos más expuestos a los riesgos de la manipulación.
La peregrinación puede ser también individual; la procesión lo es siempre en una comunidad.
Por ser un símbolo abierto, al que se le concede gran libertad de adaptación y creatividad la procesión es uno de los símbolos más expuestos a los riesgos de la manipulación.
Las procesiones en la biblia aportan los elementos teológicos y normativos de la procesión litúrgica: son celebraciones que se inscriben en la historia de la salvación, dan una imagen de la iglesia peregrina y son un signo de su realidad pasada, presente y futura.
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Las Procesiones judías, tienen procesiones milenarias, y otras quedaron en la historia. Era de esperar que el cristianismo tomara algunas y las mismas hayan evolucionado. Entre otras procesiones y marchas judías, recordamos la vuelta de Josué alrededor de las murallas de Jericó, David delante del Arca, procesiones de Pascua, Pentecostés, Fiestas de los Tabernáculos, Yom Kippur, Sucot, Simjat Tora, etc. En la actualidad, se mantienen dentro de la sinagoga, no sabemos si en algunas partes de Israel se hagan públicas donde haya mayoría judía. Cuando la Torá sale en procesión, los judíos extienden su mano tocando el cobertor y se besan esa mano, o tocan la Torá con las puntas del Talit y besan esas puntas.
La legislación ritual no hace mención de las procesiones que formaban parte de la liturgia del templo; sin embargo, una decena de salmos (67; 83; 104; 113, etcétera), además de los graduales (119-134), las evocan por el contenido o por alguna referencia.
La legislación ritual no hace mención de las procesiones que formaban parte de la liturgia del templo; sin embargo, una decena de salmos (67; 83; 104; 113, etcétera), además de los graduales (119-134), las evocan por el contenido o por alguna referencia.
La marcha del éxodo, más allá de la temática de la peregrinación, por influjo sacerdotal, es presentada como una gran procesión. Peregrinación y procesión en los momentos más relevantes llegan a identificarse como lo mencionamos anteriormente (por ejemplo, la nube sobre el tabernáculo se pone en movimiento o se detiene para indicar las etapas del pueblo; cf Núm 9,17s; también Ex 40,36-38; Sal 67,1; Is 33,3). Los primeros capítulos del libro de los Números nos muestran cómo Dios mismo regula, hasta los más mínimos detalles, el modo de proceder, el orden de las tribus, el puesto de los estandartes, casi como si fuese un desfile.
Análogamente, el déutero-Isaías y el libro de Esdras presentarán el retorno del exilio —el segundo éxodo— como una inmensa peregrinación-procesión, en la que Yavé camina a la cabeza de su pueblo (Is 40,3; 52,12; Esd 1,8-11; 3,3-6.10s; Sal 117; 125; cf Ez 10,4.18.23; 43,1-7). El toque de la redacción sacerdotal le confiere un carácter litúrgico de alto lirismo, alegre y triunfal: lo que fuera una caravana se ha convertido en un cortejo ordenado, que camina cantando; no se prevén altos, sino que se procede directamente al lugar del templo para reconstruir en seguida el altar (conforme al edicto de Ciro: Esd 1,2-4) y ofrecer los holocaustos de acción de gracias.
El AT describe a propósito cuatro procesiones extraordinarias: la toma de Jericó, el transporte del arca a Jerusalén, la procesión de Nehemías y la de Judit.
La toma de Jericó (Jos 6,1-16) es una procesión de Yavé: el arca, llevada por los sacerdotes al son de las trompetas, precede al pueblo. La procesión, que dura siete días, tiene primero carácter de súplica; al final se convierte en celebración de la victoria de Yavé. La narración más típica de la guerra santa de conquista (en la que Dios actúa prácticamente solo) ha sido transformada por la redacción definitiva en una liturgia. Se subraya el papel de los sacerdotes, como anteriormente para el paso procesional del Jordán (Jos 3,14-4,18). Esta procesión no va de un lugar a otro, pero se inscribe en el camino hacia la tierra prometida,. Se nota también la ausencia de cantos: el silencio se interrumpirá en el último momento por el grito de guerra, que se convierte en aclamación al Señor. El holocausto consiste en entregar todo al anatema.
El traslado del arca a Jerusalén (2 Sam 6,12-19; 1 Crón 15,25-16,3) está ligado, pese a su distancia en el tiempo, al camino del éxodo, del que constituye la conclusión. Un hecho político-militar —la conquista del último baluarte jebuseo, destinado a convertirse en capital del reino unificado—, presentado en un marco litúrgico, viene a adquirir valor soteriológico: como coronación de las guerras de conquista, Dios pone el sello, entra vencedor en la ciudad santa y establece allí su morada. David, que lo festeja ante Yavé —danzando con todas sus fuerzas—entre el alborozo y el sonido de las trompetas (de modo análogo a María a la salida del mar Rojo: Ex 15,20s), expresa la tonalidad festiva y popular de la procesión. Esta es la más importante de todas las procesiones del AT; varios salmos hacen referencia a ella (23; 67; 131; etc.). Este acontecimiento divide en dos períodos la historia de Israel: al nomadismo sucede el asentamiento. Por eso se presenta como la última procesión de Yavé. En ella tenemos todos los elementos de las procesiones, incluido el holocausto y la distribución de los dones.
La procesión de Nehemías (Neh 12,27-43) tiene lugar por la dedicación de las murallas reedificadas. Ya no es la procesión de Yavé, sino la de su pueblo (después de la destrucción del templo no se volverá a hablar del arca). Existe una continuidad entre el retorno del exilio y este acontecimiento. Sobre los baluartes se abren al mismo tiempo dos coros que, avanzando en sentido opuesto, recorren el perímetro de la ciudad, reuniéndose después en el templo. La vuelta alrededor de las murallas es un rito de propiciación y de consagración, que une en un desposorio (renovación de la alianza) templo y ciudad, Dios y su pueblo. Los cortejos ensalzan —tocando, alabando y dando gracias— a Yavé. El rito se completa con sacrificios y manifestaciones de fiesta popular.
La procesión de Judit (Jdt 15,12-16,18) se describe con categorías inspiradas en la cultura popular helenística (tirsos, laureles, coronas), a pesar de la intención nacionalista: es un testimonio indirecto de las procesiones del tiempo. Se coloca en una topografía arbitraria y extravagante y se desenvuelve, por más de un centenar de kilómetros en línea recta, a través de un país montañoso: parece el intento de colocarla fuera del tiempo y del espacio para acentuar el carácter escatológico. Danzas, música, himnos y el cántico de agradecimiento expresan la acción de gracias al Dios liberador y vencedor de las potencias del mal. Como las otras procesiones, tiene por meta Jerusalén, donde se concluye con el ofrecimiento de los dones y los holocaustos.
EN EL NUEVO TESTAMENTO
San Lucas nos presenta el ministerio de Jesús en analogía con la peregrinación del éxodo, como una subida a Jerusalén.
La única procesión recordada por el Nuevo testamento es” la entrada de Jesús en Jerusalén” (Lc 19,45)como conclusión del ritual de esta peregrinación o preludio del sacrificio de la cruz.
El Mesías se presenta con el aparato de los conquistadores,pensemos en las procesiones del “Triunfo” en que un general y sus legiones triunfantes recibían la ovación en la Roma pagana y el Conquistador llegaba en un brioso corcel o carruaje,en el caso de Jesús el caballo es un borrico (como en el cortejo que se consagrará a Salomón: 1 Re 1,33) porque es un rey manso y el siervo de Yavé.
En el mundo helenístico , un cortejo tal formaba parte del ritual de la parusía: la ceremonia del triunfo de los Imperatores podía dar a los cristianos la imagen de la venida escatológica del señor. Las aclamaciones de la multitud son del Sal 117(vv25s), el último “hallel”, utilizado en las mayores solemnidades y en la fase conclusiva-ritual de las peregrinaciones; la palma que en la mentalidad helenística tiene significado de victoria (1 Mac 13,51; Jn 12,13; Ap 7,9), rememora las celebraciones de la fiesta de los tabernáculos ( Sucot en hebreo, סֻכּוֹת (sin puntuación diacrítica, סוכות, sukkōt)., en cuyos días Israel escenificaba la marcha por el desierto.
Con este signo se cierran las procesiones bíblicas. Durante esta procesión Jesús llora sobre Jerusalén , y dos días después pronunciará el discurso escatológico. Desde el momento en que se rasga el velo del templo, algo ha cambiado: Cristo ha muerto fuera de la ciudad; las narraciones evangélicas se cierran sobre el monte de los Olivos,bajo la bóveda del cielo. El libro de los Hechos de los apóstoles nos muestra a la Iglesia alejándose progresivamente de Jerusalén: ¿debe tal vez interpretarse este signo en el sentido de que la Iglesia se dilata según las dimensiones del mundo? En el Apocalipsis, escrito cuando la ciudad y templo han sido reducidos a ruina por el emperador romano Tito (70 d.C.), se presenta a la ciudad celeste sin el templo. En ella ya no hay procesiones porque el camino está ya realizado. El único movimiento será reunirse con el Resucitado, cuyo cuerpo es el nuevo templo; la escena central del apocalipsis es la asamblea de los elegidos en torno al altar del cordero y al trono de Dios.Pero la realidad plena , ya realizada en Cristo,debe difundirse todavía en la iglesia y entre los hombres,por eso el signo de la procesión es todavía posible, es más , necesario.
Las narraciones bíblicas están de acuerdo sobre los elementos comunes que nos ayudan a definir la procesión cristiana: Dios camina a la cabeza de su pueblo entre invocaciones de súplica y aclamaciones de alabanza ; la procesión es la ritualización del peregrinar de los hombres sobre la tierra: el camino se proyecta en la escatología y es motivo de esperanza en el advenimiento del mundo futuro, al que se orienta la esperanza;el pueblo se ordena por categorías,cada uno según su papel; el tono festivo y lúdico está muy marcado; la procesión se dirige hacia el templo , donde se concluye normalmente con los sacrificios, antiguamente los judíos sacrificaban a animales, ahora la oblación y sacrificio único es la del Cordero de Dios.
Son los elementos que deberemos encontrar en la procesión litúrgica que sigue conservando su significado en la Iglesia.
La única procesión recordada por el Nuevo testamento es” la entrada de Jesús en Jerusalén” (Lc 19,45)como conclusión del ritual de esta peregrinación o preludio del sacrificio de la cruz.
El Mesías se presenta con el aparato de los conquistadores,pensemos en las procesiones del “Triunfo” en que un general y sus legiones triunfantes recibían la ovación en la Roma pagana y el Conquistador llegaba en un brioso corcel o carruaje,en el caso de Jesús el caballo es un borrico (como en el cortejo que se consagrará a Salomón: 1 Re 1,33) porque es un rey manso y el siervo de Yavé.
En el mundo helenístico , un cortejo tal formaba parte del ritual de la parusía: la ceremonia del triunfo de los Imperatores podía dar a los cristianos la imagen de la venida escatológica del señor. Las aclamaciones de la multitud son del Sal 117(vv25s), el último “hallel”, utilizado en las mayores solemnidades y en la fase conclusiva-ritual de las peregrinaciones; la palma que en la mentalidad helenística tiene significado de victoria (1 Mac 13,51; Jn 12,13; Ap 7,9), rememora las celebraciones de la fiesta de los tabernáculos ( Sucot en hebreo, סֻכּוֹת (sin puntuación diacrítica, סוכות, sukkōt)., en cuyos días Israel escenificaba la marcha por el desierto.
Con este signo se cierran las procesiones bíblicas. Durante esta procesión Jesús llora sobre Jerusalén , y dos días después pronunciará el discurso escatológico. Desde el momento en que se rasga el velo del templo, algo ha cambiado: Cristo ha muerto fuera de la ciudad; las narraciones evangélicas se cierran sobre el monte de los Olivos,bajo la bóveda del cielo. El libro de los Hechos de los apóstoles nos muestra a la Iglesia alejándose progresivamente de Jerusalén: ¿debe tal vez interpretarse este signo en el sentido de que la Iglesia se dilata según las dimensiones del mundo? En el Apocalipsis, escrito cuando la ciudad y templo han sido reducidos a ruina por el emperador romano Tito (70 d.C.), se presenta a la ciudad celeste sin el templo. En ella ya no hay procesiones porque el camino está ya realizado. El único movimiento será reunirse con el Resucitado, cuyo cuerpo es el nuevo templo; la escena central del apocalipsis es la asamblea de los elegidos en torno al altar del cordero y al trono de Dios.Pero la realidad plena , ya realizada en Cristo,debe difundirse todavía en la iglesia y entre los hombres,por eso el signo de la procesión es todavía posible, es más , necesario.
Las narraciones bíblicas están de acuerdo sobre los elementos comunes que nos ayudan a definir la procesión cristiana: Dios camina a la cabeza de su pueblo entre invocaciones de súplica y aclamaciones de alabanza ; la procesión es la ritualización del peregrinar de los hombres sobre la tierra: el camino se proyecta en la escatología y es motivo de esperanza en el advenimiento del mundo futuro, al que se orienta la esperanza;el pueblo se ordena por categorías,cada uno según su papel; el tono festivo y lúdico está muy marcado; la procesión se dirige hacia el templo , donde se concluye normalmente con los sacrificios, antiguamente los judíos sacrificaban a animales, ahora la oblación y sacrificio único es la del Cordero de Dios.
Son los elementos que deberemos encontrar en la procesión litúrgica que sigue conservando su significado en la Iglesia.
Continuaremos posteriormente con este tema de las procesiones, Dios nos guarde a todos.
Bibliografía:
Nuevo diccionario de Liturgia, Sartore,Triacca, Canals , Edit. San Pablo
Mercaba.org
Enciclopedia Católica.
Nuevo diccionario de Liturgia, Sartore,Triacca, Canals , Edit. San Pablo
Mercaba.org
Enciclopedia Católica.
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