EL CARNAVAL.

EL CARNAVAL

Un hermano me pregunta sobre el significado del Carnaval para los Cristianos Católicos, pues un protestante le dice que significa “carne para Baal” un falso dios de los pueblos filisteos, fenicios y amorreos que se relaciona con el Satán judeo-cristiano. Esto es obviamente con el fin de atacar cualquier aspecto de la fe cristiana y por asociación quieren ellos hacer creer que la fe Católica tiene orígenes o bases paganas. Esto no es así y lo demostraremos.

Primeramente Carnaval viene del italiano “Carnevale” a su vez con raíces latinas “Caro-carnis” y su acusativo “Care(m)” de donde viene carne, carniza, carnicería y con filología a la raíz indoeuropea *kreu (sangre,carne viva,costra) .

Y del verbo “levare” que significa quitar,,relevar, retirar de encima, lo que deriva a “llevar”,”aliviar”, “levantar”, etc. relacionado con la raíz *Leg-h (ligero, de escaso peso.

Así que la palabra “Carnaval” viene de  “Carne” y “levare”, es decir quitar la carne. El mismo significado tiene carnestolendas, puesto que “tollere” significa quitar ( y no tolerar) de hecho la locución latina original completa de “Carnes Tollendas” es : “Domenica prima carnes tollendas” es decir ,el primer domingo antes de quitar la carne, en catalán se dice “carnestoles”

El Diccionario de la Real Academia Española define acertadamente que la palabra “Carnaval” viene de “Carne “ y “levare”( no de “carne vale” ni “carne a Baal”)

Carnaval es la época del año donde se propicia el consumo de carne, no es el Miércoles de Ceniza ni la Cuaresma, que es cuando la Iglesia prohíbe el consumo de carne, sino el periodo anterior y precisamente tal acepción va en contra de ello.

La idea es quitar toda la carne de la casa , antes de empezar el tiempo litúrgico de la Cuaresma donde hay abstención de carne desde el Miércoles de Ceniza y todos los viernes de la misma.Si bien la Iglesia no menciona o aprueba la cuestión de que el Carnaval ha tomado en muchos lugares el sentido de fiesta donde hay excesos de comida, bebida y sexualidad eso desde la antigüedad con las fiestas romanas y celtas, y actualmente en carnavales famosos como el de Rio de Janeiro en Brasil, New Orleans por mencionar de los más conocidos y en los que nada de Cristiano tienen esas festividades populares, pero que están relacionadas con la celebración cristiana de la Cuaresma ya que los carnavales son días previos a esta.

La Iglesia Ortodoxa celebra un domingo de “carnaval” después del cual no se come ninguna  carne, ni tampoco otros productos  de animales, como leche o queso hasta la Pascua Florida,de entenderse que el carnaval es el último día que se come carne,no el primer día sin comer carne.

Entre el domingo de Carnaval y el próximo domingo , los Ortodoxos consumen lo demás de queso, leche y huevos que hay en sus casas, aún el miércoles y viernes de esa semana, para que sus casas estén libres de todo producto animal en el llamado “Lunes limpio”. No existía en el Occidente ni en la Iglesia Latina este periodo , asi que en el “Mardis Gras” o “Shrove Tuesday” ó “Carnaval” se consumía todos los productos a fin de que el Miércoles de Ceniza la casa estuviera limpia de productos animales. Se conoce por el nombre de Mardi Gras,del francés  que significa literalmente "martes graso", o “martes gordo”puesto que se solía utilizar toda la grasa del hogar el día previó al Miércoles de ceniza antes de empezar la cuaresma.

El comer “pancakes” (tortillas) con salchicha o tocino en Inglaterra tenía el motivo de consumir lo demás de la mantequilla,la leche, los huevos y la carne.En ingles llaman el domingo de carnaval “Meatfare Sunday”.

“Meat fare” es el equivalente de “carne-levare”. Algunos Angloparlantes lo llaman “Carnival Sunday”.

La palabra castellana “Cuaresma” tiene su origen en la palabra latina que quiere decir “los cuarenta días”. Antes del Concilio Vaticano II había los llamados domingos “Septuagésima,Sexagésima y Quinquagésima”

“Quinquagésima” Es el período de cincuenta días que preceden a la Pascua. Comienza con el domingo anterior al Miércoles de Ceniza, llamado Dominica in Quinquagesima o Esto mihi, por las palabras iniciales del introito de la Misa. Es un domingo de segunda clase y el color de los ornamentos es morado. Para muchos cristianos este domingo señalaba el inicio del ayuno anterior a la Pascua, por lo que se llamaba, como entre los sirios, Dominica ingresii jejunii. Para otros, la Quincuagesima marcaba la fecha después de la cual la carne quedaba prohibida y, consecuentemente, se dio por llamarle Dominica carnis privium, ad carnes tollendas, carnevala. Los polacos le llamaban Ned. Zapustna. Habida cuenta que tales reglas afectaban principalmente al clero, encontramos también el nombre carnes privium sacerdotium y, en Alemania, herren fastnacht. En los sitios en los que la abstinencia empezaba más temprano, esta fecha indicaba el día en que se prohibían la leche y los huevos (ova et lacticinia), y por lo que en griego se le llamaba con el equivalente al latín Dominica cesei comestrix et ovorum; en Austria, Käse- or Milchfaschingsonntag, Sonntag in der Butterwoche; entre los melquitas, sublationis ovorum et casei; en Italia, de'latticini; los serbios, bele poklade (carnes blancas). Los eslavos la llamaban Ned. III. Predpepelnicna, que significa " tercer domingo antes del Miércoles de Ceniza". Los bohemios, Ned. II po devitniku, o segundo domingo después del noveno antes de Pascua. En muchos lugares este domingo y los siguientes dos días eran usados para preparar la Cuaresma mediante una buena confesión. De ahí que en Inglaterra encontramos los nombres Shrove Sunday y Shrovetide. Como los días previos a la Cuaresma eran con frecuencia destinados al desenfreno, Benedicto XIV, por medio de la constitución "Inter Caetera" (1 enero de 1748) introdujo una especie de "devoción de las cuarenta horas" para proteger a los fieles de diversiones peligrosas y para llevar a cabo alguna reparación por los pecados cometidos.

El carnaval es una celebración de raigambre cristiana pero no supone continuidad de nada previo, y en ese sentido no tiene  relación demostrable de las “Saturnales romanas” o los misterios mayas o las mascaradas del año nuevo chino: es decir NINGUNA RELACION.

La Iglesia trató siempre de darle un sentido Cristiano a las celebraciones y festividades existentes para acabar con el origen pagano de fiestas que cayeron en desuso y finalmente en el olvido,el hecho de que muchos pueblos hayan tenido celebraciones festivas populares , de comilonas, fiestas, cosechas,o de otros eventos no justifica para nada que el “Carnaval” sea continuidad de ninguna fiesta antigua, eso es falso,no hay tal continuidad. Para afirmar que una fiesta o celebración es continuidad de un evento anterior tenemos que tener pruebas de ello. No hay continuidad con fiesta anterior para los carnavales que por ejemplo en el siglo XI no existían sencillamente en el mundo cristiano como tales fiestas. El Carnaval es una innovación cristiana basada en efecto de la necesidad antigua entre los cristianos de consumir todas las carnes antes del Miercoles de Ceniza, que también es una innovación Cristiana.

Tanto entre judíos,como entre romanos y griegos, la ceniza indica penitencia o duelo(en los entierros o celebraciones conmemorativas de difuntos los romanos se cubrían de ceniza),pero eso no indica que el Miercoles de ceniza sea continuidad de ningún ritual: la ceniza tiene aquí el doble valor de indicar el inicio de un ciclo de penitencia que además acaba en la muerte de Cristo,pero el origen del Miercoles de ceniza es una obligatoria renovación instituida posteriormente.Se deben quemar los ramos sagrados guardados del ciclo penitencial anterior(Domingo de Ramos) y los restos de  estos y otros productos litúrgicos del año, y con ello se cubrían de ceniza el cabello o la frente del fiel para recordarle la renovación por la penitencia ,la necesidad del paso por la muerte,y a su vez el sentido de penitencia de la Cuaresma es el que propicia el ayuno y la abstención de carne ya que simboliza el aborrecer el pecado en nuestra humanidad para buscar la salvación.

La celebración del carnaval que va tomando toques de festividad con mascaradas públicas y desenfreno en comer y beber se desarrolla en Italia en la Baja Edad Media(por ejemplo el Carnaval de Venecia),se extiende por Europa vinculado a los hechos de la Peste Negra del siglo XIV,este hecho catastrófico e impactante para el hombre del medioevo desarrolló múltiples manifestaciones callejeras de carácter religioso,como rogativas,procesiones, representaciones públicas y farsas callejeras varias de ellas representando la lucha contra los demonios o el mal.como la “Danza de la Muerte” en que diversos personajes enmascarados y disfrazados de distintas figuras representaban a todos los estamentos sociales que se enfrentaban a la figura de la muerte manifestación que pervivió mucho tiempo más bien asociada a la Semana Santa. Pero también surgen, superada la etapa de la muerte negra (La Peste),intensas manifestaciones de celebración que fueron cada vez más relegadas al periodo previo de la Cuaresma como afirmación de la vida que luego, según recuerda la Cuaresma, habrá de enfrentarse irremisiblemente a la muerte y a la penitencia necesaria para la resurrección o redención final.

hoy en día el sentido del carnaval está totalmente fuera de su origen (alcohol,sexo,drogas)y el sentido de la Cuaresma está totalmente olvidado, ya que se celebra el carnaval en el tiempo de Cuaresma y la Cuaresma no es vivida como un tiempo de cambio, abstinencia y sacrificios dentro de la sociedad.

Menos mal, sin embargo, que a pesar de todo, hoy sigue habiendo montones de gente que viven el triduo de carnaval en modo diverso. Sigue habiendo muchas personas que, esos tres días, se atreven a nadar contra corriente. Menos mal que hay hombres y mujeres que se esfuerzan, también durante el carnaval, por ser y respetar lo que de verdad son, dominando sus pasiones desordenadas y bajos instintos.

Menos mal que aún hay bastantes seres humanos que se saben cristianos, se dicen cristianos y no les da vergüenza vivir como tales, incluso los días de carnaval. Son gente que no necesita quitarse ni ponerse careta alguna. No tienen que ocultar nada. Gente extraordinaria, pero que no va hacer noticia esos tres días, ni tampoco los 362 restantes del año. Claro, esas noticias incomodan. Porque siempre incomoda toparse con alguien que va contra corriente.

Menos mal que aún hoy podemos apreciar el milagro de cientos y miles de personas (también muchos jóvenes) -dentro y fuera de conventos y seminarios- que pasan esos tres días, por turnos, en adoración de rodillas ante el Santísimo Sacramento. Y lo hacen explícitamente para desagraviar al Corazón de Cristo por toda la basura y miseria de pecado e infamia que en el mundo se le está escupiendo en la cara a Cristo esos días. Menos mal que, gracias a ellos y ellas, a nuestro planeta le queda algo de humanidad tras tanta degradación en carnaval. Gracias a esas personas, el ambiente terráqueo puede aún ser respirable después de esos días de intoxicación general.

En fin, menos mal que aún se pueden contar cantidad de hombres y mujeres que aprovechan el Carnaval y la Cuaresma para crecer como hombres y como mujeres. Que viven esos períodos sin miedo a ser lo que deben ser ante todo el mundo. No tienen que acobardarse de nada y ante nadie. Más bien tienen mucho que ostentar. Y lo hacen con aplomo. Gritan sin palabras a sus contemporáneos que además de un cuerpo, tienen un alma. Testimonian con su vida que lo más importante, para toda persona, es lo que le hace crecer humana y espiritualmente, y no lo que le degrada o envilece.

¿Por qué no demostrar cada uno de nosotros el coraje de sumarnos a ellos? Tratemos de vivir el carnaval aplastando un poco la materia para liberar el espíritu y no al revés. Luchemos por vivir la cuaresma elevándonos como hombres para acercarnos más a Dios. Y el hombre se eleva cuando es capaz de soltar sus lastres. Esos lastres pesados del pecado, que se sueltan con el arrepentimiento, el perdón de Dios y el propósito sincero de enmendar la propia vida.

Quiera Dios que vivamos estos días de acuerdo a lo que somos ,Hijos de Dios redimidos al precio de su preciosísima sangre.

Miles Christi Manuel Cuevas