INFALIBILIDAD PAPAL EXPLICADA CON MANZANITAS.
Ante los lamentables sucesos y hechos que están aconteciendo
en el Sínodo de la Amazonia en la Ciudad de Roma, es importante que nosotros
los fieles católicos sepamos y
mantengamos la fe en lo que siempre ha enseñado N.S. Jesucristo a través de su
Iglesia para que no seamos confundidos.
El católico promedio sabe que el Papa es el Vicario de
Cristo, el Sucesor de San Pedro, el Pontífice de la Iglesia Católica y como tal
le debemos obediencia y fidelidad pues es quien Dios ha dispuesto a guiar a su
Iglesia en determinado momento de la historia. La fe católica sostiene que el
primado pontificio no es una institución humana (o de derecho eclesiástico), sino
de origen divino (Mt 16,18-19).
La Iglesia Católica es el Cuerpo Místico de Cristo quien es
la cabeza, los fieles son los miembros y el Espíritu Santo es el alma. Leo XIII
( Satis Cognitum ) y Pío XII ( Mystici Corporis), pero también Benedicto XVI
(Ángelus 31 de mayo de 2009), han definido el Espíritu Santo "Alma de la
Iglesia". Hay una presencia del Espíritu Santo en cada alma en gracia,
pero también hay una presencia indefectible en todo el cuerpo de la Iglesia,
como el Espíritu de verdad y sabiduría hasta el ocaso (Mt 28,19-20).
“Todo el mundo yace bajo el poder del Maligno” dice la
Sagrada Escritura 1 Juan 5,19 y por lo que podemos ver en abierta ofensiva
contra Dios y su Iglesia, tanto fuera de
ella con sus tradicionales enemigos masones, musulmanes, ateos, comunistas, feministas,
pro abortistas, satanistas, pero sobre todo con los enemigos que actúan dentro
de la misma Iglesia y que han traído relativismo, herejía, idolatría y
confusión a la grey del Señor.
Es por eso que debemos conocer lo que debemos creer y hacer
con todo lo que resulte del Sínodo de la Amazonia, para que sigamos
perseverando y confiando en la promesa de N.S. Jesús que las fuerzas del
infierno “Non pravalebunt”, no prevalecerán contra la Iglesia y que Cristo no
nos dejará en esta hora oscura en que sus enemigos se regodean de su aparente
triunfo cuando no reconocen que ya han sido vencidos por Cristo, Rey y Señor
del universo.
Los fieles católicos de acuerdo al Código de derecho Canónico vigente debemos saber lo siguiente: #Canon 212 § 3: Los
laicos tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio
conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su
opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los
demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la
reverencia hacia los Pastores, y habida cuenta de la utilidad común y de la
dignidad de las personas.
Sabemos que el Papa tiene una verdadera potestad, no una
simple autoridad moral. “El Romano Pontífice posee, como supremo pastor y
doctor de la Iglesia, la potestad de jurisdicción suprema, plena y universal,
ordinaria e inmediata, sobre todos y cada uno de los pastores y fieles”. Así lo
declaró el Concilio Vaticano I en 1870, repitiendo el magisterio anterior, en
particular el Concilio de Florencia (s. XV). Esta doctrina fue reiterada por el
Concilio Vaticano II en la constitución Lumen gentium (n. 22)
La potestad del Papa también se define como suprema. NO SE QUIERE DECIR QUE SEA UN PODER
ABSOLUTO: EL ROMANO PONTÍFICE ESTÁ SUBORDINADO A LA PALABRA DE DIOS, A LA FE
CATÓLICA, Y ES GARANTE DE LA OBEDIENCIA DE LA IGLESIA y es, en este
sentido, servus servorum Dei, siervo de los siervos de Dios. EL EJERCICIO DE SU AUTORIDAD DEBE RESPONDER
A LA FIDELIDAD A LA DOCTRINA RECIBIDA POR LA IGLESIA, QUE ES EL DEPÓSITO DE LA
FE.
Esta potestad es suprema porque contiene una ausencia de
subordinación respecto de cualquier otra instancia eclesiástica o civil, no una
independencia absoluta. Por eso, el Papa no puede cambiar el depósito de la fe.
Un ejemplo es el que dio Juan Pablo II en 1994 al confirmar solemnemente que
las mujeres no pueden acceder al sacerdocio. No dijo que no permitiría la
ordenación de mujeres, sino que no tenía poder para hacerlo. Se remitió a la
tradición unánime de la Iglesia, que siempre ha considerado esa doctrina como
recibida de Cristo y por tanto irreformable.
El Papa de acuerdo al Código de Derecho
Canónico que es el que rige y norma lo que sucede en la Iglesia dice:
Canon 331: El Obispo de la Iglesia Romana, en quien
permanece la función que el Señor encomendó singularmente a Pedro, primero
entre los Apóstoles, y que había de transmitirse a sus sucesores, es cabeza del
Colegio de los Obispos, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal en
la tierra; el cual, por tanto, tiene, en virtud de su función, potestad
ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia, y que
puede siempre ejercer libremente.
El Papa adquiere su potestad en el momento de su elección;
además, puede renunciar:
Canon 332 § 1. El Romano Pontífice obtiene la potestad plena
y suprema en la Iglesia mediante la elección legítima por él aceptada
juntamente con la consagración episcopal. Por lo tanto, el elegido para el
pontificado supremo que ya ostenta el carácter episcopal, obtiene esa potestad
desde el momento mismo de su aceptación. Pero si el elegido carece del carácter
episcopal, ha de ser ordenado Obispo inmediatamente.
§ 2. Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se
requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente,
pero no que sea aceptada por nadie.
FUNCIONES DEL PAPA
La misión del Papa es la confiada a Pedro, según los
Evangelios: Jesucristo le dio las “llaves del Reino de los Cielos”, con el
poder de “atar y desatar” ( Mt 16, 19), para “confirmar a los hermanos en
la fe” ( Lc 22, 32) y “apacentar su rebaño” ( Jn 21, 15-17). O sea, es
un servicio a la unidad de la Iglesia en la fe y en la comunión. Se resume en
dos aspectos: enseñanza y gobierno. Al obispo de Roma, corresponde la tarea de
enseñar la verdad revelada y mostrarla a los hombres. Es una misión
eminentemente positiva, no se limita a condenar los errores doctrinales. El
Papa realiza esta misión de enseñanza de tres modos principales, explicaba Juan
Pablo II: “Ante todo, con la palabra”; en segundo lugar, mediante escritos,
propios o publicados con su autorización por la Curia Romana; tercero, mediante
iniciativas institucionales para impulsar el estudio y la difusión de la fe,
como se suele hacer a través de distintos consejos pontificios (Catequesis de
Juan Pablo II).Esta autoridad doctrinal suprema reside a la vez en el colegio
episcopal junto con su cabeza, el Papa. Así se manifiesta, de modo singular, en
los concilios ecuménicos. Por tanto el Papa es nuestro guía, pastor y maestro
para que entendamos y conozcamos la doctrina católica y la revelación divina de
parte su ya que es el guardián del depósito de la fe.
Pedimos la confirmación en la fe al Papa y los Obispos
por eso puntualicemos;
¿ES INFALIBLE EL
PAPA? La respuesta es si lo es solo cuando desde su ministerio petrino, habla
“Ex Cathedra”, sobre fe y moral, eso enseña el dogma de la infalibilidad y
pueden checarlo en la Encíclica “Pastor Aeternus”.
Según el dogma expuesto por el Concilio Vaticano I, el Papa
goza de infalibilidad “cuando, cumpliendo su oficio de pastor y doctor de todos
los cristianos, define en virtud de su suprema autoridad apostólica que una
doctrina sobre la fe o las costumbres debe ser sostenida por la Iglesia
universal”. Cuando el Papa pronuncia una definición infalible, se dice que
habla ex cathedra. La misma infalibilidad tienen las doctrinas expuestas con
igual tenor por el colegio episcopal junto con el Papa (cfr. Código de Derecho
Canónico, canon 749). Esta autoridad magisterial es la de declarar lo contenido
en la Revelación, como precisa el mismo Concilio: “El Espíritu Santo no fue
prometido a los sucesores de Pedro para que por revelación suya manifestaran
una nueva doctrina, sino para que, con su asistencia, santamente custodiaran y
expusieran fielmente la revelación transmitida por los apóstoles”.
¿SIGNIFICA QUE EL
PAPA NUNCA SE EQUIVOCA? No es así, el Papa tiene la asistencia del Espíritu
Santo cuando ejerce su ministerio como
Pastor de la Iglesia y habla “Ex Cathedra”, pero eso no significa que siempre
lo haga, ni que no pueda equivocarse o incluso cometer algún error o pecado, el
Papa sigue teniendo su condición humana y libre albedrío intacto, si el Papa le
preguntan por ejemplo de música, deportes, cultura y dice algo erróneo, eso no
afecta que sea Infalible en cuestiones de fe y moral y bajo las condiciones de
ejercer su autoridad como Pastor universal de la Iglesia.
¿TODO LO QUE DICE O
AFIRMA EL PAPA ES INFALIBLE? No, no lo es, el Papa durante su día a día mantiene
cientos de conversaciones, checa asuntos sobre el gobierno y la dirección de la
Iglesia, recibe personas, oficia Misa, etc. y lo que haría cualquier persona con
su gran responsabilidad y posición, si bien debemos respeto y fidelidad e
incluso obediencia, sabemos que cuando habla el Papa no todo es infalible.
Para los católicos, Cristo primero enseñó y después ordenó a
los que le habían escuchado, predicar todo lo que Él había dicho. Sin un
magisterio infalible la revelación caería en poder de las inestables opiniones
humanas y su interpretación nos llevaría al caos que vemos, por ejemplo, en el protestantismo,
por eso estas son las características para que algo sea Infalible
- Que el Papa hable no como maestro privado o como obispo de la diócesis de Roma sino en su calidad de Pastor y maestro universal de la Iglesia.
- Que
imponga una doctrina a TODA la Iglesia.
- Que lo
haga de modo preciso e irrevocable de suerte que quien la rechaza caiga en la
herejía.
- Que la
intención de definir sea clara y manifiesta sin dejar lugar a dudas
¿EL PAPA PUEDE PECAR?
Si, puede hacerlo, como se dijo, el mantiene su condición humana, por tato puede
faltar a Dios como cualquier persona y tiene su libre albedrío, para decidir
bien o mal lo que el desee personalmente.
¿PERO ENTONCES NO HAY
PAPAS SANTOS? El ser Papa, sucesor de San Pedro no es un boleto de
impecabilidad o de que todo lo que haga sea perfecto, muchos Papas han sido
Santos pero venciéndose ellos mismos desde reconocer su fragilidad y abandonarse
a la voluntad del Señor han logrado ese
estado de gracia y amistad con Dios que es la santidad. Hay grandes santos que
han sido Papas, como también algunos que han sido todo lo contrario y que sin
embargo no por ello deja de ser la Iglesia Católica la verdadera Iglesia de Cristo,
pues el Señor se sirve de nosotros para
escribir y aun de los papas que no han
sido los mejores han hecho lo que Dios ha destinado para cada momento de la historia.
¿UN PAPA PUEDE CAER
EN LA HEREJÍA? Sí, mantiene su libre albedrío y puede pecar y equivocarse
cayendo en la herejía como cualquiera de nosotros. El eminente teólogo dominico
Domingo Báñez, comentando la Suma Teológica del Aquinate (In IIam-IIae, q. 1,
a. 10) y retomando la hipótesis de su hermano de orden el cardenal Tommaso de
Vio, llamado Cayetano explica que el
Papa, si, por pura hipótesis investigativa, cayese en herejía, seguiría siendo
Papa. En efecto, la falta de la gracia santificante lo separaría del Alma
de la Iglesia y la falta de fe de Su Cuerpo, pero la jurisdicción visible del
Pontífice romano no sería herida ya que ella se refiere al gobierno visible de
la Iglesia, que es una sociedad visible y no puede ser privada de la Primera
Autoridad visible que la gobierna a causa de la falta en esta última de la
gracia o de fe, las cuales son hábitos sobrenaturales invisibles.
¿UN PAPA PUEDE SER
JUZGADO POR UN CONCILIO U OTROS OBISPOS? No, nadie puede juzgar al Papa,
solamente Dios, el Papa dará cuenta directamente a Dios de su proceder y de sus decisiones, si lleva error,
o desvió la barca de Pedro de su destino que es Cristo será juzgado por eso, al
igual que nosotros seremos juzgados de ser fieles a Cristo y a su Iglesia
En el caso de un Papa malo, que lleve a la Iglesia hacia una
grave crisis de fe y de costumbres, como ninguna autoridad humana es superior
al Papa, se puede pedir a Dios que lo convierta o que se lo lleve de esta
tierra como enseña Santo Tomás de Aquino: “El mal prelado puede ser corregido
por el inferior que recurre al superior denunciándolo, y si no hay un superior
[como en el caso del Papa, cuyo superior es sólo Cristo, ], recurra a Dios para
que lo corrija o se lo lleve de la faz de la tierra” (IV Sent., dist. 19, q. 2,
a. 2, qcl. 3, ad 2). En ningún caso se puede juzgar al Papa [con un veredicto
jurídico, se entiende] y deponerlo del Papado: “Prima Sedes a nemine
judicatur”. El Concilio Vaticano I (IV sesión, 18 de julio de 1870,
Constitución dogmática Pastor aeternus) definió dogmáticamente el principio de
la injudiciabilidad del Papa por toda autoridad humana o eclesiástica[xi]. El
CIC de 1917, en el canon 1556, retomando la definición dogmática del Vaticano
I, estableció el principio: “Prima Sedes a nemine judicatur”, retomado también
tal cual por el CIC de 1983, canon 1404.
¿LE DEBEMOS
OBEDIENCIA AL PAPA TODOS LOS CATÓLICOS? Sí, todos los católicos estamos
obligados en conciencia y por el Código de Derecho Canónico, el Catecismo de la
Iglesia Católica y la Sagrada Escritura a seguir y mantener obediencia y
fidelidad al que sea Papa legitimo sucesor de San Pedro, en nuestro
caso actualmente es el Papa Francisco y a menos que renuncie o muera y venga
otro Papa a él debemos respeto y obediencia.
¿EN CASO DE CISMA Y
QUE SE PROCLAMARA UNO O VARIOS PAPAS, QUÉ HARÍAMOS? Seguir fieles al que
demuestre la legitima sucesión apostólica de San Pedro, pues es nuestra
garantía de estar en la verdadera Iglesia de Cristo, aunque existan malos
pastores dentro de ella, aunque se profane
y cometan abusos y sacrilegios, la Iglesia de Cristo permanece a pesar de
nuestros pecados y defectos. En este caso el legítimo sucesor de San Pedro es el
Papa Francisco.
¿SI EL PAPA COMETE
PECADO O HEREJÍA DEJA DE SER PAPA? Este es un punto muy delicado que los teólogos
y expertos en derecho canónigo deben dilucidar, pues hay diferentes opiniones,
como mencioné, solo Dios puede juzgar al Papa y declararlo hereje debemos
diferenciar entre herejía formal y material para que se concluyera que es realmente
hereje, pero por el momento nadie puede saberlo.
Como decía el Teólogo dominico Báñez
el Papa hipotéticamente hereje no sería miembro vivo de la Iglesia por falta de
la gracia, no haría parte ya del Cuerpo de la Iglesia por error contra la fe,
pero sería su Cabeza visible en acto en cuanto al gobierno o a la jurisdicción:
“El Papa no es Cabeza de la Iglesia en razón de la santidad o de la fe porque
no es por ello que puede gobernar a los miembros de la Iglesia, sino que es
Cabeza suya en razón del oficio ministerial, que lo hace apto para dirigir y
gobernar la Iglesia mediante el gobierno externo y visible y a través de la
jerarquía eclesiástica, que es visible y palpable. Por lo tanto, según el
influjo espiritual de la gracia y de la fe, no es miembro de la Iglesia de
Cristo, si no las tiene; por el contrario, según el poder de gobernar y dirigir
la Iglesia, es su Cabeza visible en acto” (In IIam-IIae, q. 1, a. 10, Venezia,
1587, coll. 194-196)“la Cabeza gobierna y el miembro recibe la vida de la
gracia. Por lo tanto, si el Papa cayese en herejía, mantendría aún la
jurisdicción con la cual gobernaría la Iglesia, pero no recibiría ya el influjo
de la gracia santificante y de la fe por parte de Cristo, Cabeza invisible de
la Iglesia y, por lo tanto, no sería miembro de Cristo y de la Iglesia.
Un gran teólogo el padre Réginald Garrigou-Lagrange dice que
si un Papa hipotéticamente herético
oculto permanecería siendo miembro de la Iglesia en potencia, pero no en acto,
y mantendría la jurisdicción a través de la cual gobierna visiblemente la Iglesia,
eso se lo dejamos finalmente a los teólogos y canonistas, nosotros los fieles
debemos perseverar en la fe católica.
¿EL PAPA PUEDE
CAMBIAR LA DOCTRINA CATÓLICA? NO ABSOLUTAMENTE NO, NADIE NI EL PAPA NI
SÍNODOS O CONCILIOS PUEDEN CAMBIAR LA REVELACIÓN DIVINA.
El Papa es el Vicario de Cristo el pastor que guía a su
Iglesia el que es depositario de la revelación divina, pero no el dueño de la
Iglesia, SOLAMENTE DIOS ES QUIEN PUEDE
CAMBIAR LA DOCTRINA CATÓLICA NADIE MÁS. Así que si el Papa, hipotéticamente,
nos pidiera cometer idolatría postrándonos ante ídolos en contra del Primer
Mandamiento, no tenemos obligación de obedecerlo, o si pidiera hacer cualquier
cosa que fuera contraria a la doctrina Católica y a la continuidad del Magisterio
infalible de la Iglesia no tenemos
obligación pues la Iglesia y la doctrina es de Cristo y nosotros seguimos a
Dios que ya ha revelado lo necesario para la salvación del mundo entero.
Nos dice santo Tomas de Aquino “El Papa posee tal plenitud
de poder dentro de la Iglesia que puede prescindir de regulaciones puramente eclesiásticas.
Que son ordenanzas que pertenecen a la ley positiva, es decir, la ley humana.
Pero no puede dispensar de los preceptos de la ley divina y la ley natural,
cuya fuerza proviene del decreto divino (Summa Theologica Quodlibets 4,8,13)
¿ENTONCES LOS
DOCUMENTOS QUE SALGAN DEL SÍNODO Y FIRME EL PAPA FORMAN PARTE DEL MAGISTERIO? Debemos
entender que el Magisterio puede ser ordinario o extraordinario
Magisterio Ordinario: Oficio de enseñar ejercicio de forma
corriente por el concilio ecuménico, por el papa y sus colaboradores cercanos,
así el Magisterio Ordinario es la función de enseñar que ejercen los obispos en
comunión con el Papa sobre la comunidad que le ha sido encomendada. Se llama
ordinario, porque se ejerce ordinariamente mediante la catequesis y la
predicación, sin ninguna solemnidad especial. Exige de los fieles nuestra
adhesión al contenido de la fe enseñado, si bien no está libre en absoluto del error,
no implica infalibilidad forzosamente. (CIC n. 753; Catecismo, n. 85, 2034)
Magisterio Extraordinario: El que versa sobre las
DEFINICIONES DOGMÁTICAS formuladas por un concilio ecuménico o por el papa
cuando habla ex cathedra y como Pastor de la Iglesia universal lo dice solemnemente
; goza de infalibilidad
Es conveniente notar que solamente la enseñanza dirigida a
toda la Iglesia Universal expresa el Magisterio Ordinario en su sentido pleno.
Los documentos del Sínodo, no
pertenecen, en el mismo grado, al Magisterio Ordinario como aquellos discursos
dirigidos a la Iglesia Universal. Sin embargo hay que notar que cuando el Papa
enseña, aunque sea sobre un tema general o específico, frecuentemente se
refiere a verdades que con anterioridad pertenecen al magisterio.
El Papa, con mucha frecuencia, trata cuestiones sociales,
económicas y políticas específicas con el propósito de derramar sobre las
mismas la luz del Evangelio. Aparte de enseñar ciertos principios morales,
también usualmente recomiendan formas de acción práctica. Estas últimas
proposiciones merecen respetuosa consideración, pero no llaman al ejercicio del
asentimiento religioso de la misma manera que lo exige la enseñanza en fe y
moral cuando en ejercicio de su Magisterio habla “Ex Cathedra”. Los católicos
son libres para presentar soluciones prácticas alternativas, siempre y cuando
acepten los principios morales expuestos por el Papa, pero también solicitar
ser confirmados en la fe católica y resolver las dubias o cuestiones que
afectan la fe de los creyentes. En todo caso la autoridad del Papa merece
profundo respeto. Los pronunciamientos
que no son infalibles. No requieren el asentimiento de la fe pero sí una sumisión
religiosa de la voluntad y del entendimiento ( Canon 752 Se ha de prestar un asentimiento religioso
del entendimiento y de la voluntad, sin que llegue a ser de fe, a la doctrina
que el Sumo Pontífice o el Colegio de los Obispos, en el ejercicio de su
magisterio auténtico, enseñan acerca de la fe y de las costumbres, aunque no
sea su intención proclamarla con un acto decisorio; por tanto, los fieles
cuiden de evitar todo lo que no sea congruente con la misma).
La infalibilidad propia de unas pocas definiciones -las
dogmáticas- no significa que las enseñanzas del Papa y del colegio episcopal
sean “falibles” en los demás casos. Junto a la infalibilidad, existe el carisma
de asistencia del Espíritu Santo, concedido a Pedro y a sus sucesores para que
iluminen bien al pueblo cristiano. Este carisma no se limita a los casos
excepcionales, sino que abarca en medida diferente todo el ejercicio del
magisterio. Es lo que se conoce como magisterio ordinario del Papa. Por lo
tanto, el Papa es maestro de la verdad también con su magisterio ordinario,
siempre y cuando se apegue con fidelidad
a la doctrina recibida por la Iglesia, que es el depósito de la fe.
El Profesor Roberto de Mattei lo explica claramente” Hoy aquellos que,
siguiendo su conciencia, resisten palabras o actos de la autoridad eclesiástica
que difieren de la Tradición de la Iglesia a veces son acusados de ser
"enemigos del Papa" o incluso "cismáticos". Pero las
palabras deben sopesarse. Para un católico, las faltas más serias son la
oposición a la doctrina de Cristo o la separación de la Iglesia de Cristo. En
el primer caso somos herejes, en el segundo caso somos cismáticos. No somos
herejes, porque la herejía nos repele: creemos en la doctrina de Cristo tal
como se ha enseñado siempre y en todas partes. No somos cismáticos, porque el
cisma nos repele: creemos firmemente en el papado, hoy representado por el papa
Francisco, cuya autoridad suprema reconocemos. Pero si el Papa Francisco o
cualquier otro Papa pronuncian palabras o comete actos que parecen apartarse de
la doctrina y las costumbres de la Iglesia, entonces tenemos el derecho de
separarnos de estas palabras y de estos actos. La nuestra no es una separación
jurídica, sino una separación moral, no del ministerio Petrino, que es una
oficina al servicio de la Iglesia, sino una separación del mal servicio que le
prestan a la Iglesia aquellos que ocupan esta ministerio Petrino. Reconocemos
la primacía de la jurisdicción del Papa sobre todos los obispos del mundo, pero
sufrimos cuando vemos que el Papa, en nombre de la sinodalidad, apoya las
afirmaciones de las conferencias episcopales, que afirman indicarle un camino
sinodal hereje”
El Cardenal Raymond
Burke y el Obispo Athanasius Schneider nos dicen: “Afirmamos en presencia de
Dios quién nos juzgará: somos verdaderos amigos del Papa Francisco. Tenemos una
estima sobrenatural de su persona y del supremo oficio pastoral del Sucesor de
Pedro. Oramos mucho por el Papa Francisco y alentamos a los fieles a hacer lo
mismo. Con la gracia de Dios, estamos listos para dar nuestras vidas por la
verdad de la fe católica sobre la primacía de San Pedro y sus sucesores, si los
perseguidores de la Iglesia nos pidieran que negáramos esta verdad. Cuanto más
fieles laicos, sacerdotes y obispos se aferran y defienden la integridad del
depósito de la fe, más, de hecho, apoyan al Papa en su ministerio Petrino.
Porque el Papa es el primero en la Iglesia a quien se aplica esta advertencia
de la Sagrada Escritura: “Mantén la forma de las palabras sanas que has oído de
mí en la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Vela por el
buen depósito que se te ha confiado con la ayuda del Espíritu Santo que habita
en nosotros” (2 Tim. 1, 13-14)
¿QUÉ DEBEMOS HACER
LOS SIMPLES CATÓLICOS ENTONCES? Pues debemos antes que nada orar para que
Cristo vele y proteja a su Iglesia, confirme al Papa Francisco y le ayude a no
apartarse del Depósito de la fe y confirmar al pueblo de Dios.
No quedar callados ante la corrupción, la herejía y el
pecado que mata el alma y nos aleja de la salvación, somos soldados de Cristo,
defendamos celosamente nuestra fe, así sea
con nuestra propia vida.
En cualquier situación debemos fidelidad y obediencia al Papa,
sea cual sea las resoluciones del Sínodo, no podemos apartarnos del Sucesor de
Pedro que es quien tiene la autoridad y
el deber de guiar a la Iglesia a Cristo. Podemos en función de nuestros
derechos como bautizados e hijos de Dios pedir que el Papa nos confirme en la
fe y resuelva las dudas en conformidad dela doctrina católica y la continuidad
del Magisterio infalible de la Iglesia, recordemos que nuestra fe es en Cristo
Jesús.
Yo me declaro y adhiero completamente al Magisterio Infalible
de la Iglesia a todos los dogmas y doctrinas que han enseñado los Papas y
Concilios que resguardan el depósito de la fe y de lo cual su guardián es
el Papa Francisco, condeno toda herejía
que me aleje de la gracia y los Sacramentos, que me quiera obligar a romper cualquiera de los
Mandamientos de la ley de Dios, en estos momentos de necesidad clamo a Dios por
su Iglesia y pido que en recuerdo de su promesa nos dé el don de la
perseverancia ante tiempos de persecución, división y calumnia que hay dentro
de nuestra misma Iglesia,
Oro a Dios y por la intercesión de la Santísima Virgen
María y San Miguel Arcángel y todos los ángeles
y santos del cielo suplico a Cristo que venga pronto
¡CHRISTUS VINCIT CHRISTUS REGNAT CHRISTUS
IMPERAT!
UBI PETRUS IBI ECCLESIA
(San Ambrosio sobre el Salmo V,30)
DONDE ESTÁ PEDRO, AHÍ ESTÁ LA IGLESIA
Manuel
Cuevas Miles Christi.
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